La salud como derecho humano es el principal pilar para el desarrollo integral de cualquier individuo. En el caso de las mujeres, el equilibrio centrado en la salud es fundamental para afrontar los obstáculos socioculturales que a lo largo de la vida enfrentamos, haciendo más difícil y complicado nuestro andar en comparación con el de los hombres.
Existen dos momentos importantes que marcan ciclos en la salud sexual de las mujeres, cuando inicia la menstruación y cuando termina. A la primera regla se le llama "menarquia" y a la última se le llama "menopausia". La menopausia se confirma una vez que han pasado doce meses después de la última regla y que la etapa previa y posterior a la confirmación de la menopausia (la última regla) se le conoce como climaterio siendo una condición de una mujer que abarca aproximadamente 15 años donde suceden muchos cambios fisiológicos y psicológicos que afectan de forma importante la calidad de vida.
Enfocándonos en política pública, procurar la salud de una mujer en el sentido más amplio es una tarea que se debe proyectar desde que una niña nace hasta el momento de su muerte; lo que significa que el Estado Mexicano debería estructurar los programas de salud con perspectiva de género a partir del ciclo de la vida, esto implica la interconexión de estrategias en estructuras de procesos continuos y no como tradicionalmente se tienen diseñados los programas públicos de salud, en silos.
En México el derecho de una mujer para salvaguardar su salud sexual y reproductiva solo se aborda en situaciones como es el embarazo saludable, la planificación familiar, los cánceres en la mujer y la violencia de género y no se tienen diseñadas estrategias concretas ni existen recursos etiquetados enfocados para atender las problemáticas amplias y complejas que una mujer afronta una vez que llega a la menopausia.
Hoy podemos observar que existe un gran vacío de acciones e intervenciones que incidan en la contención de riesgos que comprometen la calidad de vida y la salud de las mujeres en el climaterio, pero, por otro lado, se pugna "en el discurso" por diseñar programas y orientar recursos para promover el envejecimiento saludable. Esto es una situación contradictoria y poco efectiva si vemos un vacío en política pública para abordar el largo periodo por donde una mujer transita su climaterio y que resulta prioritario que se implementen intervenciones en salud focalizadas y personalizadas para tener el mejor estado de bienestar en el futuro próximo.
La carencia de intervenciones en salud pública, aunado al todavía tradicional formato social de los mexicanos profundamente machista ha influido en que exista muy poco conocimiento por parte de la ciudadanía de lo que pasa cuando una mujer deja de menstruar, limitando la capacidad de las mujeres y de su entorno de entender lo que les sucede y actuar en consecuencia, y por otro lado, es evidente la falta de profesionalización de los médicos en la materia representando una gran área de oportunidad para universidades y colegios médicos en beneficio de una sociedad más informada y una sociedad femenina saludable y más empoderada, si tenemos claro que todas las mujeres pasaremos por esta etapa y que hoy en día, el 20 por ciento de la población nacional femenina se encuentra en alguna etapa del climaterio.
A partir del contexto mexicano, hemos decidido constituir la asociación "Mujer, Hormonía y Salud A. C.", para incidir desde la sociedad civil en dos aspectos que consideramos importantes para empoderar a las mujeres en la menopausia y en todos los ciclos de vida (infancia, adolescencia, adultez, vejez) a través de: educación en salud, alternativas de autocuidado y cuidado para su salud y estímulos sensoriales para su bienestar y desarrollo integral.
• Salud física
• Bienestar emocional
• Equidad y no discriminación por género y edad
• Salud y bienestar con enfoque intercultural